lunes, 11 de enero de 2010

Sin la luna - Tania Libertad

Hace tiempo viene dando vueltas por internet un correo absolutamente cursi que le atribuye a Gabriel García Márquez unas ridiculas frases que más bien parecen de la autoría de la tigresa del oriente (Como si Gabito nunca hubiera escrito sobre promiscuidad, violencia, incesto, tortura, abuso de poder y toda suerte de obscenidades y escatologías). En una de esas frases habla de la peor manera de extrañar a alguien.

A mí me importa un carajo lo que esos cursis piensen acerca de la peor manera de extrañar a quien sea. Nada de lo que digan podrá superar a la lírica de la canción de hoy, especialmente si se escucha la versión de Tania Libertad, con un sublime acompañamiento de guitarra y con esa voz que perfora el alma y deja que se te derramen poco a poco los motivos que tenías para sonreir, o para evadir el tema que te tiene triste. Esta es una delicada confesión de indefensión, sin violencia, sin alaridos, sin promesas de venganza. Parece como si evocara un paraíso perdido, pero con más agradecimiento que reproche, una postura absolutamente digna que muchas personas bien podrían aprender para no andar fastidiando por ahí.

Esta canción es la oda de una soledad casi agradecida, parecido al poema "Caminos del espejo" de Alejandra pizarnik:

Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz
para hacer de mí la ofrenda,
el ramo que abandona el viento en el umbral.
(...)
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo.
No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla

Pero no solo hay dignidad porque haya agradecimiento, sino por una clave que está encerrada en el último verso: El paraíso se perdió y por voluntad propia se alejó de las ruinas, porque bien hubiera podido quedarse entre el escombro (Como muchos que conozco y que no quieren entender). Puedo hallar tu rastro si lo quiero hoy, el punto es que no lo quiero hoy


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Sin la Luna (Alejandro Filio)

Si repito tu nombre, después de otra jornada
y otra noche conmigo,
si tu olor me recorre y entre pecho y guitarra
se hace más el vacío,
si estas manos, entre acorde y acorde,
acordándose van de tu pelo
no hace falta tanto cielo si la luna de tu piel no está.

Si entre verso y respiro se abre un azul profundo
que va tiñendo el tiempo,
si a contraluz te miro y se hace más agudo
el filo de tu cuerpo,
si esta nota no alcanza a tu tono
y entonándote vuelo y respiro
no estoy solo, voy conmigo, y la estela de este canto atrás.

Puedo hablar de ti con mis amigos,
mi canto, mi silencio, mi conmigo,
puedo hallar tu rastro si lo quiero hoy.
Sé perfectamente donde te dejé.




PARA RESALTAR:
No hace falta tanto cielo si la luna de tu piel no está