martes, 1 de enero de 2013

Rodolfo Aicardi - La misma Vaina

Sigamos el juego de "la música de diciembre" y pongámonos de parranda en el blog con una canción de fin de año.  Pero no porque la música invite a mamar gallo, bailar con brincos circenses y andar bebiendo a las carcajadas puede ignorar el desespero y pesimismo de sus dos míseras estrofas.

Otro año que viene y otro que se va, como una industria de montaje en serie, en que cada objeto es como cualquier otro y da lo mismo si es el próximo o el anterior.  Allí está nuestro año presente, traído a nuestros ojos llorosos y abiertos por una banda transportadora que nos reparte la fatalidad empaquetada y con moñito, con precisa periodicidad, y nos da unos cuantos segundos antes de que se vaya de nuestras narices rumbo al olvido, y viene el siguiente, y luego otro siguiente y así sin parar.  Un rosario de calamidades en la que cada una se nutre de la anterior, un efecto dominó que comenzó antes de tener conciencia de esta trifulca por sobrevivir felices y que seguirá cuando a nadie le importemos un rábano.

Al menos, el pobre fulano de la canción aprendió a eludir el desconsuelo bebiendo y bailando, y muchos lograrán hacer lo mismo a lo largo del año, y meten la cabeza en el licor como la avestruz la mete en el hueco:  Para no ver, no pensar, y olvidar un poco que este año, con respecto a las malas noticias, será la misma vaina: Muchas tristezas y Nada de prosperidad.
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La misma vaina - (Canta Rodolfo Aicardi)

Otro año que viene, otro que se va
Dejando muchas tristezas, nada de prosperidad
Tanto camellar, y no tengo ná
Tanto trabajar, y no tengo ná

Otro año que viene, otro que no da.
Vienen años, pasan años, y siempre la misma vaina
Tanto camellar, y no tengo ná
Tanto trabajar, y no tengo ná



Para resaltar:
Tanto trabajar, y no tengo ná