¿Se requiere un espíritu atormentado para escribir una pieza que sublime tristeza en cada nota y nos haga apretar los ojos y los dientes? Yo quiero pensar que sí, que nada más ficticio que escribir por encargo una oda al desconsuelo o la desazón, porque se haría evidente el fraude (Como sucede con la llamada "música de despecho" y con un buen número de vallenatos) y escucharla sería tan divertido como masticar un corcho.
Lo malo de pensar con ese romanticismo es que, cuando nos cruzamos con piezas como esta de hoy, que trasciende los siglos, los continentes y las culturas, nos resulta doliendo de mais el posible sufrimiento de este endemoniado que fue capaz de traducirlo al violín, y nos hace pensar que a la larga nuestra miseria no va a ser tanta como quisiéramos para justificar las ganas de acabar con todo esto.
Lo malo de pensar con ese romanticismo es que, cuando nos cruzamos con piezas como esta de hoy, que trasciende los siglos, los continentes y las culturas, nos resulta doliendo de mais el posible sufrimiento de este endemoniado que fue capaz de traducirlo al violín, y nos hace pensar que a la larga nuestra miseria no va a ser tanta como quisiéramos para justificar las ganas de acabar con todo esto.
1 comentario:
Magistral, no hay oído que no caiga hechizado bajo las perlas de su sonido., si la muerte fuera así de especial la escala musical estaría sujeta por las cuerdas del cielo.
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